¿Crees que ellos saben más de asuntos sexuales que las mujeres? ¿En algún momento has creído que, por ser varones, tienen más experiencia en la cama que ellas?
Muchas personas aseguran que los hombres saben más de sexo que las mujeres y que, por lo tanto, son más expertos en los temas de cama. ¿Qué tan cierto es esto?
Tradicionalmente, a los hombres se les ha permitido conocer, hablar y explorar sobre toda clase de temas sexuales debido a la tradición patriarcal de que las mujeres debían ser recatadas e inocentes. Así que nos enseñaron que ellos deben conocer y practicar más el sexo para convertirse en los profesores sexuales de las mujeres.
Quizás por ese concepto erróneo es que los hombres son renuentes a educarse en sexualidad y piensan que nadie, incluida su mujer, sabe más que ellos sobre sexo. Por supuesto, es un grave error suponer que uno se las sabe toda en la vida, incluyendo lo concerniente al tema sexual.
¿Cuáles son los temas que más creen conocer los hombres sobre sexo, sin que esto sea cierto?
- El poderoso pene: desde niños nos hacen creer que el pene es un órgano omnipotente, asociado a la virilidad y sin derecho a fallar. De tal modo que un hombre cansado, enfermo o sin ganas, está expuesto a la crítica mordaz de la pareja de turno. ¡Habrase visto tamaño mito que considera a la erección como un fenómeno perfecto que debe aparecer en cualquier momento, así el hombre no quiera tener sexo!
- El pene grande: volvemos al pene, al cual se le ha endiosado hasta el punto de que aquel hombre que posee un pene pequeño se siente “poco hombre”. A pesar de que la ciencia ha afirmado que el pene grande no asegura el placer de la pareja, todavía muchos hombres se angustian y buscan pastillas, ungüentos, cirugías y hasta pesas que cuelgan de sus falos, para estirarlos o engrosarlos y hacerlos así más apetitosos.
- El orgasmo de las mujeres: puedo afirmar sin temor a equivocarme que un número importante de hombres no conocen la respuesta sexual de sus parejas. A veces, ni siquiera saben localizar el clítoris para estimularlas como se debe. Los que creen saberlo todo piensan que tocando un poquito por aquí y otro poco por acá, ya pueden buscar la penetración; olvidan que el cuerpo femenino es mucho más que una boca, unos senos o una vagina, y dejan a la pareja de turno frustrada en la mitad del camino, porque su única meta es penetrar y llegar al orgasmo.
- La cantidad más que la calidad: un montón de varones están convencidos de que las mujeres “piden y piden” en la cama, sin detenerse a pensar que la penetración no es la única meta satisfactoria en una relación sexual. Me atrevo a preguntar esto: ¿qué espera un hombre que toma una pastillita para la erección cada vez que va tener sexo? Probablemente, su ego se inflará al ver que su pene erguido le va a permitir varias horas de placer, pero se habrá preguntado ¿qué es lo que desea su pareja? La cantidad de orgasmos no es lo único que identifica un rato de éxtasis, sino la calidad de las caricias y otra clase de estímulos que le provea a la otra persona en la cama.
- El autocuidado sexual: el condón, la fidelidad y la abstinencia sexual son enemigos de una cantidad considerable de hombres. En pleno siglo XXI escucho frases como estas: “ella es la que tiene que cuidarse”, “con el condón no siento placer”, o, “el hombre fiel es un maricón”. No olvidemos que la salud sexual es parte de una vivencia sexual sana y responsable. ¿Acaso vale la pena, por demostrar “que eres un macho”, que riegues hijos por el mundo, que adquieras una infección o irrespetes a tu pareja por una infidelidad? ¡Piénsalo!
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