Trabajar como médica sexóloga durante un cuarto de siglo me ha servido para conocer y comprender la profundidad de los sentimientos y emociones del ser humano. Los miedos que escondemos ante los demás con respecto a nuestra sexualidad, en la que a veces navegamos de manera incierta, me han sido confiados por niños, jóvenes y adultos, revelándome la fascinante diversidad de hombres y mujeres.
Ser médica, educadora y sexóloga se ha constituido en una extraordinaria alianza que me permite ayudar a miles de personas que han confiado en mí.
¡Confieso que vivo enamorada de la sexología!
Nela