¿Sabías que uno de los mayores temores de los hombres tiene que ver con la rapidez para llegar? Y la verdad es que tienen razón, en el sentido de que es frustrante y penoso dejar a mitad de camino a la pareja, sumado a la propia insatisfacción de no haber disfrutado el camino, porque el acelerador se descontroló y no hubo quien contuviera la velocidad para eyacular.
Hablo de la eyaculación precoz que se define como ese problema sexual en el que el hombre eyacula en un tiempo menor de 1 minuto después de penetrar, o cuando se eyacula en los preámbulos sin haber penetrado. Es una situación tenaz cuando ocurre en todos los encuentros sexuales.
Quiero contarte unos secretos para que aprendas a controlar la ansiedad eyaculatoria y te conviertas en el mejor amante que termina contento, pero también – y así debe ser – satisface a su pareja.
*Juega, explora el recorrido que lleva al placer y concéntrate en tu pareja, quien seguramente necesita mayor tiempo para calentarse. Un error común es afanarse en los preliminares y buscar la penetración a como dé lugar. Si tu “partner” se excita al máximo y llega al éxtasis, te dará a ti la ventaja de sentirte poderoso y esa sensación de placer te bajará la ansiedad. De ahí a controlar tu eyaculación hay un corto trecho, así que aplícalo y verás qué bien se siente.
*Algunos chicos sienten mucha sensibilidad en el pene, especialmente en el glande. Si es tu caso, evita el contacto directo y las caricias en esa zona. Incluso, sé de algunos que se quitan la ropa interior solo unos minutos antes de la penetración para impedir que la hipersensibilidad les afecte el control eyaculatorio. Algunas cremas retardantes de venta libre pueden ayudar, aplicándolas 5-10 minutos antes.
*Aprende a manejar la respiración. Revisa si te agitas mucho cuando estás excitado y practica con tu pareja, o solito al masturbarte. ¿Cómo? Haz diez inhalaciones lentas y profundas y exhala el aire por la boca, centrándote en la exhalación. Verás los resultados si te entrenas juicioso.
*Fortalecer el piso pélvico y entrenar los músculos que regulan la eyaculación es una estrategia maravillosa. Practica los ejercicios de Kegel cada vez que vayas a orinar, cortando el chorro de orina y cuenta hasta diez mientras aprietas los músculos; luego sueltas y terminas de orinar. Posteriormente, puedes practicar en cualquier momento sin necesidad de orinar. Hasta diez minutos diarios le puedes dedicar, en diferentes tandas y velocidades. Este mini entrenamiento lo puedes aplicar cuando estés con tu pareja y te sientas sumamente excitado.
*Deja el nerviosismo y la ansiedad a un lado porque son enemigos del control eyaculatorio. Conversa con tu pareja, busca posiciones que te favorezcan el control de la velocidad y aprende técnicas de relajación en tu vida diaria que favorecen el manejo de las preocupaciones. Recuerda que el estrés es enemigo de la salud sexual.
Si aplicas estos consejos es muy probable que tengas una vida sexual saludable. De no ser así, siempre existirán los especialistas que pueden recomendarte un tratamiento específico para salir de este problema fastidioso.
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