¿Cómo hablo de sexo con los adolescentes?

¿Alguna vez, como padre de familia o educador, te has confundido y no sabes cómo hablar de sexo con los adolescentes? Por ejemplo, ¿cómo toco los temas sexuales sin que me dé pena? Este artículo te ayudará a resolver algunas dudas.

La adolescencia es una etapa de transición de la infancia a la vida adulta y la OMS la define como el crecimiento físico y desarrollo psicológico que va entre los 10 a los 19 años.

Uno de los momentos más difíciles para los papás, cuidadores y profesores, es cuando los niños y niñas llegan a esta etapa y surgen infinidad de preguntas, conductas y actitudes sexuales que nos desconciertan, nos enojan o nos causan vergüenza.

 

¿Cuáles son las dudas más frecuentes que tienen los adultos con respecto a los adolescentes?

  1. Nunca se habló de sexo en mi casa y ahora que mis hijos crecieron, ¿perdí la oportunidad de hacerlo?

Si la comunicación en casa fue mala y los padres no educaron sexualmente a sus hijos cuando estaban pequeños, será difícil guiarlos en el nuevo camino de búsqueda de identidad propia que los adolescentes deben labrar para convertirse en unos adultos autónomos. Si acaso te ves retratado en esta situación, no te desanimes porque todavía estás a tiempo de conversar con tus hijos sobre su sexualidad; habla de alguna situación ocurrida en la familia o el barrio, miren juntos una película que te brinde la oportunidad de expresar tu opinión y nunca dejes de inculcarles valores.

  1. ¿Y de qué manera hablo con ellos si a veces ni me prestan atención?

Todos los adolescentes, por más que aseguren que se las saben todas, necesitan el apoyo y cariño de sus padres o cuidadores. Mucho más porque esta etapa los confunde y los angustia debido a los bruscos cambios que experimentan y que a veces no entienden. Sumado además a la presión de los amigos y a la sociedad que muestra el sexo como algo deseable y sin aparentes consecuencias. De modo que los adultos somos sus polos a tierra y tenemos que aprovechar pequeños momentos para conversar con ellos y orientarlos.

  1. ¿Cómo hablo de sexo si no conozco mucho de ese tema?

Los miedos y la inseguridad acerca del conocimiento en sexualidad nos impiden dar un consejo a tiempo. Si leemos y nos informamos podremos responder sus preguntas u orientarlos. En caso de que no sepas responderle alguna inquietud, reconoce que desconoces el tema y busca la respuesta pronto sin engañarlos. Así confiarán más en ti.

  1. ¿Cómo converso con ellos sin avergonzarme?

Trata de tranquilizarte y respira profundo cuando se dé una situación incómoda, como por ejemplo, descubrir que tu hija toma anticonceptivos o tu muchachito te pregunta cómo se pone un condón. Si bien no será nada fácil, habla con calma y afecto, sin enjuiciarlos ni avergonzarlos. Te aconsejo que busques apoyo en alguien cercano que conozca más del tema o bien acude a un médico o psicólogo.

  1. ¿Será que si les hablo de relaciones sexuales o métodos anticonceptivos, los voy a inducir a “probarlos”?

Deja ese miedo infundado. Cuando los chicos son educados sexualmente tienen más herramientas para tomar decisiones responsables. Más bien invítalos a la EPS, a un centro de Profamilia o al médico, para que reciban asesoría antes de que inicien su vida sexual; eso sí, recuerda que ellos tienen derecho a la confidencialidad y no hay por qué ir contándole a toda la familia los secretos de tus hijos.

  1. ¿Si los castigo o les meto miedo, será que “se calman”?

El miedo, el chantaje y las prohibiciones no han dado resultado en la educación sexual de los hijos. Lo más seguro es que harán a escondidas lo que les has prohibido y eso los expone a mayores conductas de riesgo para que haya un embarazo precoz, una infección sexual o el consumo de drogas, entre muchas otras cosas que, por su edad, tienden a hacer. Los permisos y la libertad se dan de a poquito, estableciendo límites y hasta negociando con ellos, pero sin llegar al maltrato físico o verbal.

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