Algunos mitos sobre las infecciones de transmisión sexual

¿Qué harías si sospechas que te contagiaron una infección sexual? ¿O cómo reaccionarías si observas algo sospechoso en los genitales de tu pareja? Si bien es cierto que son situaciones incómodas que nos pueden ocurrir en algún momento, debemos ser conscientes de que las infecciones transmitidas sexualmente siguen en aumento y debemos conocer algo básico sobre ellas.

Cada día, un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS), según cifras aportadas por la OMS. Muchas de esas infecciones son curables pero otras, luego de aparecer en el organismo, no desaparecen o se mantienen latentes, reapareciendo periódicamente. Informarse y educarse son los primeros pasos a dar para poder conocer y manejar el tema de la manera más responsable y adecuada.

Algunos  mitos sobre las ITS (infecciones de transmisión sexual) son:

  1. Usar doble condón me protege de un contagio.

Realidad: si te pones un doble preservativo para tener relaciones coitales, corres el riesgo de que se deslicen o se rompan con la fricción, aumentando así el peligro de ser contagiado o de un embarazo no planeado. De igual forma y aunque quizás cause risa, lavar el condón para reutilizarlo no sirve para nada.

  1. Si presento una lesión o secreción en mis genitales, me aplico un antibiótico y listo.

Realidad: No es tan sencillo como algunos lo plantean porque sólo el médico es el que puede determinar si hay algún proceso infeccioso, que no necesariamente es una ITS. Por otro lado, cada infección transmitida sexualmente tiene su tratamiento específico y no todas se curan con antibióticos. Hay que ser responsable, protegerse y nunca auto medicarse.

  1. Se puede deducir quién está sano sexualmente.

Realidad: ¡No me digas que te crees ese cuento! Ni por la cara bonita, ni por un aparente estado físico y ni siquiera porque conoces cómo se comporta esa persona, puedes adivinar que no tenga alguna infección que pueda contagiarte. Muchas ITS son asintomáticas en sus inicios y cualquiera puede estar inocente de que padece algunas de ellas.

  1. Los anticonceptivos protegen contra las ITS.

Realidad: Este es uno de las creencias más extendidas que hay acerca de los métodos anticonceptivos. Cualquiera de ellos, hormonales o de barrera, protegen contra embarazos pero jamás contra una ITS. Recuerda que solamente el cauchito – llámese condón – es el que puede evitar un contagio siempre y cuando se use desde el comienzo de la erección y se coloque adecuadamente (es útil recordar que no protege un 100%).

  1. Solo las personas promiscuas tienen ITS.

Realidad: Las infecciones transmitidas sexualmente no eligen personas ni razas, ni género, ni condición socio-económica. Ricos y pobres, hombres y mujeres, casados y solteros, incluso una persona que tiene por primera vez una relación sexual, están propensos a adquirir una ITS. Por eso, la abstinencia, el uso sistemático del preservativo y controles médicos, son las aliadas de una buena salud sexual. No lo olvides.

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