La comunicación de pareja es básica para tener una relación de confianza y armonía. No es tan difícil hablar de los hijos, del proyecto que ambos han construido o incluso, de temas familiares o económicos. En el libro “Crucial Conversations”, (2002), Patterson y colaboradores, afirman que la diferencia entre una conversación crucial de una normal y corriente es que, en la primera, las opiniones pueden ser diferentes y las emociones son intensas. Y el resultado puede tener un gran impacto en la vida de las personas que participan en la conversación crucial.
. Algunos de los temas que merecen una conversación crucial y que no dejan de ser incómodos, son:
- Pedirle un aumento salarial al jefe.
- Cobrar una deuda al amigo.
- Terminar una relación sentimental o pedir el divorcio.
- Pedirle al profesor o jefe que deje el acoso laboral o sexual.
- Expresar la insatisfacción sexual a la pareja.
Hablar de sexo con la pareja no siempre es fácil y por eso considero que es un tema crucial y muy importante, que no se debe evadir ni aplazar. Como te darás cuenta, el tema sexual está entre las conversaciones más difíciles de entablar. Hablar de sexo no es cómodo para muchos porque se considera un asunto que simplemente surge espontáneamente entre dos personas que se aman. O quizás, alguno sienta pena o temor de herir al otro lo que hace que se abstenga y decida cerrar el pico, anulando cualquier asomo de comunicación sexual.
Diferentes investigaciones señalan que las parejas que discuten temas sexuales son diez veces más propensas a tener una relación feliz, a diferencia de aquellas que buscan evadir las charlas espinosas.
¿Cuáles son esas conversaciones sexuales que debe propiciar toda pareja?
Los métodos anticonceptivos.
¿Con qué nos cuidaremos? ¿Quién lo hará? ¿Puede que este tema no te parezca importante porque es obvio que la mujer se cuide cierto? ¿Ummmm! Te confieso que, si eres de los que piensan así, estás cometiendo un enorme error.
Suponer que ella está evitando un embarazo o, peor aún, que es la mujer la única que tiene que protegerse, es un acto de irresponsabilidad del hombre. En otros casos, sin embargo, es él el que decide usar el condón con sorpresa o disgusto de su pareja quien le acusa de ser desconfiado; por supuesto, la protección con el preservativo no es cuestión de desconfianza, sino de cuidado de la salud propia y del otro u otra.
Para evitar estos malos entendidos, es conveniente que antes de tener un encuentro sexual, o desde antes de que el bebé nazca, o después de un aborto, ambos hablen sobre el anticonceptivo que van a usar, incluyendo el preservativo.
Los límites en el sexo.
¿Hasta dónde llegamos en la cama? Este es uno de los puntos que más disgusta a uno de los dos. “Si en el noviazgo todo era normal, ¿por qué me pides ahora eso tan raro?” Es una queja frecuente que me llega a la consulta. O, al contrario: “antes parecíamos unos maromeros, pero ya somos viejos y eso no se ve bien”. ¿Te suena familiar?
Experimentar e innovar son claves en una pareja para evitar la monotonía sexual, pero debes hablarlo y definir hasta dónde estás dispuesto a llegar para evitar reproches o disgustos.
Tener sexo anal u oral, participar de un encuentro swinger, comprar un juguete sexual para probarlo con la pareja o escaparse a un motel, son conductas sexuales excitantes que no le gusta a todo el mundo. Así que mejor hablen de estos temas de manera sincera y procuren no acusar al otro de depravado o mojigato en caso de que no se pongan de acuerdo.
La fidelidad.
Si bien para muchos, es bastante difícil creer en el juramento de fidelidad que se hace al momento de casarse, es fundamental que ambos conversen sobre la exclusividad de pareja y la intención de hacerlo a través del tiempo.
¿Se crece la nariz del cornudo? Probablemente tu media naranja no te mire a los ojos cuando le hablas de ser fieles uno al otro. Pero no por ello dejen a un lado este punto básico en la vida de pareja. Expresen lo que harían en caso de que los cachos lleguen a sus vidas, así como el compromiso – porque la fidelidad es un compromiso voluntario – que los dos esperan cumplir.
Más vale que sepas realmente lo que el otro piensa y no asumas que tu pareja estará solo contigo, mucho menos si conoces su manera de pensar o su historial amoroso.
Los problemas sexuales.
Esta conversación sí que es realmente incómoda, pero es obligatoria cuando las sábanas se enfrían por alguna disfunción sexual. La frustración, el desencanto o la rabia se van aumentando como una bola de nieve que puede aplastarlos, si no se habla con el otro.
Cualquiera puede presentar un problema sexual en su vida y no debe avergonzarnos. La disfunción eréctil y los problemas en la eyaculación, trae inseguridad y baja autoestima en los hombres. Pero ellas también pueden tener problemas de lubricación, dificultad para excitarse o dolor durante el coito. O alguno de los dos puede perder el apetito sexual y se niegue a echar no uno, sino muchos polvitos.
Es difícil tener una conversación crucial sobre estos temas porque tememos herir al otro, o que nos devuelva la pelota diciéndonos que somos los causantes de su disfunción sexual. Porque este es el tema más álgido en el campo sexual.
Busca tocar el asunto fuera de la cama en un momento apropiado y evita a toda costa acusar a tu pareja. Habla con calidez y propicia una amable charla para que ambos se sientan relajados y dispuestos a mejorar las cosas. Si el caso lo amerita, busquen un especialista y vayan juntos a la consulta.
Lo que te gusta y te disgusta en la cama.
Durante el encuentro sexual se da una especie de lenguaje verbal o gestual con palabras, gemidos, susurros o suspiros. Cada quien expresa su calentura de manera diferente.
Esta comunicación sexual debe ser sincera para que los dos conozcan lo que al otro le excita. Si alguno decide callar, fingir o aguantar algo molesto, está mintiéndose y, por supuesto, le miente también a su pareja.
Déjale saber qué caricias o estímulos te agradan y pídele que también te lo cuente. Así ambos van a disfrutar plenamente sus relaciones. Pero es importante que ambos tengan confianza para decirse lo que les desagrada o le que no les mueve el piso. ¿Qué tal pretender que el otro adivine lo que a mí me excita? No es nada sano ni justo con la relación de pareja, de manera que hay que conversar sobre esto.
Hablar de temas sexuales es el mejor sexo oral que puedas tener con tu pareja. Te aseguro que es el ingrediente perfecto para unas buenas encamadas por muchos años.
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