¿Cuales son los miedos sexuales de los hombres?

¿Alguna vez te has sentido amedrentado por una pareja activa en la cama? ¿Te tiemblan las piernas, sientes el corazón a mil o te pones sudoroso, cuando el encuentro sexual no funciona como lo tenías planeado?

A pesar de que el hombre ha sido el gran conquistador tanto de corazones como de territorios, no deja de ser una especie de niño asustadizo en la cama cuando se ve enfrentado a temores o inseguridades sexuales.

La mente es fundamental en el desempeño sexual; si las emociones o los pensamientos son de carácter negativo, la respuesta sexual se altera, independientemente de las ganas que se tengan. Indudablemente, un hombre que piense repetidamente que su pene no va a funcionar con esa pareja que desea tanto, pues no va a funcionar.

La cantidad de mensajes que recibe el niño acerca del sexo vinculado a su condición masculina y, a su vez, de poder mostrarse como un verdadero “macho” que va por el mundo teniendo sexo por doquier, explican en parte los miedos y amenazas acerca de sus destrezas sexuales.

Si un hombre se avergüenza de sus genitales o duda de su capacidad para gozar y hacer sentir placer a su pareja, se angustiará cada vez que se ocurra un encuentro íntimo y terminará fallando gracias al poder inhibidor de una mente asustada y pesimista.

Algunos de los temores sexuales masculinos más observados son:

  • El tamaño del pene: Son numerosas las afirmaciones científicas que desmitifican la creencia popular de que el placer sexual depende de lo largo y ancho del pene. Sin embargo, la gente sigue creyendo que el dueño de unos genitales grandes es un súper amante, cuando la realidad es que el tamaño no va en proporción directa con unos buenos polvos.
  • Las erecciones automáticas y duraderas: al hombre se le ha educado en la creencia de que su pene se debe erguir automáticamente ante cualquier pensamiento o estímulo de tipo sexual; esta auto-exigencia se le torna a muchos en una pesada carga, especialmente cuando su condición física o mental no le permiten sostener una erección casi eterna o cuando su pene no responde porque está cansado o estresado.
  • Las críticas de la pareja sobre su rendimiento sexual: Erróneamente se cree que el hombre tiene que rendir ilimitadamente en la cama como si fuera una máquina sexual. Tanto ellos como ellas se pueden sentir ofendidos si las destrezas sexuales masculinas “no dan la talla” tal como lo esperamos: una erección prolongada, coitos unos tras otros y una libido incontrolable, parecida a un animal en celo.
  • La amenaza de un embarazo o infecciones: Muchos hombres que presentan fallas en su erección o su eyaculación, tienen miedos ocultos acerca del riesgo de embarazar a su pareja o de adquirir una infección de transmisión sexual, especialmente cuando no utilizan el preservativo. Esta amenaza es letal para un buen desempeño sexual porque, de manera inconsciente, se está bloqueando el disfrute real y espontáneo de la relación sexual.
  • El miedo a perder el poder: ¡Cuántos hombres no se asustan ante una pareja activa y con mucho conocimiento de las artes amatorias! Es contradictorio que el hombre moderno quiera una pareja que lo provoque y lo excite, pero en la realidad, eso los asusta al punto de que terminan bloqueados totalmente. Este miedo es producto del presunto dominio masculino en la cama, cuando la verdad es que el encuentro sexual debe ser equitativo, sin presunciones de que uno sabe más que el otro y que ambos esperan disfrutarlo.
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