¿Vives asustado en la cama?

¿Sabías que el miedo puede interferir con la respuesta sexual y dar al traste con un momento de pasión?

Existe una conocida relación entre la ansiedad y las disfunciones sexuales. Varios autores han propuesto que la ansiedad es el más importante factor que bloquea la excitación, y la cascada de emociones negativas que las personas sienten cuando están atemorizadas transforman la situación sexual en una amenaza, en vez de ser una experiencia feliz.

Las personas que presentan disfunciones sexuales tienen, en su mayoría, diversos niveles de ansiedad originados por diferentes causas. La eyaculación precoz y los trastornos de dolor durante el coito son ejemplos claros de la relación directa entre la ansiedad y los problemas sexuales.

Es conocido que los eyaculadores precoces se anticipan al fracaso de su control eyaculatorio y, desde antes de iniciar el encuentro sexual, experimentan estados de ansiedad que contribuyen a que se reduzca el control de la eyaculación.

Las mujeres que sufren relaciones sexuales dolorosas soportan una carga importante de ansiedad por el dolor que experimentan en sus relaciones sexuales. El deseo, la excitación y la capacidad para alcanzar el orgasmo pueden verse inhibidos por la ansiedad que se manifiesta antes, durante o después de cada encuentro sexual.

La sexualidad puede ser amenazante o provocar miedo y ansiedad cuando la persona se anticipa al fracaso o a la situación que representa la amenaza. Es el típico caso del hombre que teme fallar en el encuentro sexual y quedar mal con su pareja; su comportamiento puede ser de evitación, por ejemplo, sacar excusas para no acudir a la cita y así no tener que involucrarse en una situación erótica frustrante.

Las disfunciones sexuales pueden originarse por diversas reacciones emocionales que acompañan a la ansiedad. La depresión, la culpa y la hostilidad son emociones negativas que conducen al sujeto a una especie de círculo vicioso que actúa como inhibidor o saboteador de la respuesta sexual que se espera tener.

Los sentimientos de culpa y el miedo irracional a ser juzgado o rechazado son factores comunes que se observan en las personas con ansiedad. En el plano sexual, por ejemplo, una mujer puede sentirse culpable porque tiene relaciones sexuales con su novio, a pesar de que sus creencias religiosas censuran el sexo prematrimonial porque lo consideran pecaminoso o inmoral. Esta ambivalencia termina en un problema sexual, por ejemplo, presentar dificultad para excitarse o llegar al orgasmo.

¿Cómo vencer el miedo en la cama?

  1. Lo primero para derrotar el miedo en la sexualidad es afrontarlo y ser consciente de lo que origina ansiedad. A veces, retar la causa de los temores es suficiente para que ellos desaparezcan; quizás sean pensamientos irreales o producto de la imaginación.

2. Practica ejercicios de respiración profunda cuando te sientas asustado y procura relajarte. El yoga y la meditación son útiles para vencer la ansiedad sexual.

3. No te exijas tanto en la cama, especialmente cuando apenas estás conociendo a tu pareja. Los fantasmas relacionados con tamaños, posiciones, técnicas y duración son letales y matan la seguridad del buen amante. Lee sobre el tema que te angustia, habla con tu pareja o consulta a un experto.

4. Amplía los preliminares y deja el afán que no trae nada bueno. Concéntrate en tu respiración, fantasea algo excitante y observa las reacciones de tu pareja mientras juegan y se estimulan. En la cama no debe haber ni cronómetro ni instructivos. La espontaneidad y la buena comunicación franca y abierta te ayudarán a relajarte y a disfrutar.

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